Baños y microcemento: la fórmula que no defrauda

En los últimos años microcemento y baños se volvió una dupla explosiva. Las opciones son infinitas. Se puede aplicar en paredes, pisos, mesadas, duchas, bachas e incluso, muchas veces, se utiliza para estantes y muebles de guardado.

Este material sintético (base cementicia más polímeros) tiene una gran capacidad impermeable y resistente a manchas. Además, permite a diferencia de cerámicos y porcelanatos, la ejecución de superficies continuas (sin juntas) y en una amplia variedad de colores.

El microcemento tiene una gran ventaja y es su extraordinaria adherencia a, prácticamente, cualquier superficie: hormigón, cemento, azulejos, baldosas, yeso, madera, metal, plástico y mármol. Esto permite que se lo aplique sin necesidad de retirar “lo que hay debajo”, por lo que se convierte en una buena opción al momento de realizar reformas, ya que no hay escombros ni demoliciones.

La cartilla de colores es casi tan amplia como la de las pinturas látex. Además permite combinar materiales, ya que muchas veces se insertan mosaicos decorativos, mayólicas, venecitas, vidrio y madera, o se dibujan grafismos antes de su secado final generando acabados rústicos, artísticos y de gran originalidad.