Casas, para la foto

Si hay algo que nos gusta a los amantes de la decoración es mirar, una y mil veces, revistas de diseño. Y si bien no hay manera de no enamorarte de sus fotografías y soñar con esos ambientes "perfectos", no hay que olvidar que son "puestas en escena" para la edición de turno. Porque nuestras casas reales nunca tienen las paredes blancas tan impolutas; ni los sillones lucen almohadones siempre simétricamente dispuestos y la mesada de la cocina difícilmente esté tan despojada de cacharros de uso diario.

¿Acaso en nuestras casas reales no hay juguetes tirados por el piso.. alguna mano indiscreta tatuada en la pared recién pintada y una que otra griferia con restos de sarro? A veces me pregunto cómo hacen para que las frutas luzcan tan brillantes sobre los cuencos, y la jarra con limonada sobre la mesa de la galería permanezca a la temperatura ideal. Hasta los escritorios de trabajo están tan ordenadamente dispuestos que te tientan a una jornada laboral... Entonces cuando hojeamos esos hogares con la chimenea encendida en un living reluciente, la madre horneando torta en una cocina que brilla y los niños corriendo pulcros en un jardín siempre verde, sentimos que por nuestra casa pasó un tsunami. A no desesperar... si bien no hay nada más lindo que deleitarse con las revistas de domingo, cuando llegues a la última página, no pierdas de vista que, como en todos los órdenes de la vida, siempre es mejor la realidad que "posar para la foto"